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Un recorrido por la temporada (1ª parte)

Como cada año, me dispongo ahora que llega el invierno a recordar lo que ha sido la temporada, los momentos que guardaremos en nuestra memoria y esas tardes en las que vivimos la magia del toreo.

Fue en Tarifa, el día 26 de febrero, donde arrancó la temporada de Curro Díaz, sumando allí el primer triunfo de la temporada. Después siguieron otros festivales como los celebrados en Utrera, Andújar, Toledo y Pomárez en los que se sucedieron los éxitos. Quizás, el más importante de ellos fue el que tuvo lugar en la francesa Pomárez donde Curro Díaz realizó dos faenas en las que destacó la calidad, la estética, la inspiración y el buen toreo.

Junto con estas tardes también hubo tres de gran importancia. Tres corridas de toros, en tres plazas de primera categoría: Valencia, Madrid y Sevilla.

El 16 de marzo llegaba la primera corrida de toros de la temporada. Era en Valencia donde Curro Díaz se enfundaba por primera vez el traje de luces para enfrentarse a los toros de Fuente Ymbro. En esta ocasión, los astados a penas dieron posibilidades para atisbar el toreo de Curro Díaz. Además, al entrar a matar al segundo toro resultó feamente volteado fracturándose dos costillas.

Por los mismos derroteros que en Valencia, fue la tarde del 24 de abril, cuando Curro Díaz toreó en Las Ventas. En esta ocasión los toros llevaban el hierro de Los Recitales, el mismo que en 2.007 le abría la Puerta Grande de esa misma plaza. Pero en esta ocasión, los toros sevillanos no ofrecieron el juego deseado, y todo quedó en las esperanzas puestas en aquella tarde.

Y así, llego el 7 de mayo. Ese día, Curro Díaz, compareció en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Para ese día, enlotó un primer toro de la ganadería de Manolo González y un remiendo de Salvador Domecq. El primero de ellos, le permitió mostrar lo que hasta entonces venía siendo la tónica general de la temporada: muchísima firmeza ante toros complicados.

En el segundo, Curro Díaz pudo desplegar su toreo al natural, con mucho temple y plasticidad. Pero ahí llegó la cornada. Una cornada que le fracturó el peroné y además, dañó los nervios encargados de la movilidad de la pierna.

Esta tarde marcó un antes y un después en esta temporada del 2.011. Frenó de lleno las esperanzas, obligó a Curro Díaz a perder muchas fechas, incluso después de la reaparición, e hizo temer lo peor.

Curro Díaz ha tirado durante esta temporada de amor propio y fuerza de voluntad para superar todos estos contratiempos y mostrar una versión mejorada de sí mismo, si es que era posible. Pero eso, lo dejaremos para las siguientes entregas...

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