Hoy era Albacete donde Curro Díaz se enfrentaba a un lote de la ganadería de La Quinta. El primero de los toros deslucía el final de los muletazos y se fue apagando progresivamente, y ante este material Curro Díaz tiró de firmeza para aguantar las miradas y llevar las embestidas del animal dejando muletazos de profundidad y calidad, tras la estocada, su actuación fue ovacionada.
Muy meritoria fue la faena al cuarto, que se paró, y al que Curro Díaz tuvo que provocar las embestidas, primero con la mano derecha, y después al natural, con muletazos por abajo, dándole los tiempos necesarios, y aprovechando todas las arrancadas, para una vez más, torear primorosamente. Tras la estocada hubo fuerte petición de la oreja, que el presidente no concedió, y el trofeo quedó reducido a una vuelta al ruedo.
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