Los números no siempre reflejan lo que sucede en la plaza, por eso, siempre que las hay procuro enlazar crónicas que cuenten lo que realmente sucedió en la plaza. Hoy ha sido un día de esos, que si vemos los números, parece que sabe a poco, pero es necesario profundizar en lo que ha sucedido esta tarde en Linares, para poder comprender que es lo que se ha vivido en la plaza.
El encierro de Samuel Flores no ayudó para poder hablar de un triunfo mayor. El cuarto y sexto, segundo y tercero del lote de Curro Díaz, con sus matices cada uno, no fueron toros de triunfo, eran toros de abreviar porque no había agua en ese pozo. Curro Díaz lo intentó con ambos, mostró una gran firmeza, pero cuando los toros no siguen la muleta, de poco lucimiento podemos hablar.
El segundo de la tarde sí que ofreció mayores posibilidades, y Curro Díaz supo aprovecharlas. Primero en el recibo con el capote, donde hubo verónicas buenas y una media superior. Pero lo mejor llegó con la muleta, Curro Díaz se lo sacó a los medios en una tanda con mucho poder, y ahí comenzó a torear con la mano derecha, sucediéndose las tandas vibrantes, ligadas, mezclando estética y poder. Por el izquierdo al toro le costaba más, y Curro Díaz cerró su labor volviendo a la mano derecha y dejando muletazos de muchísima calidad. Mató de una estocada bien colocada, y pese a la fuerte petición de dos orejas, el presidente sólo concedió una.
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