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Resumen de la temporada (II)

La segunda parte de la temporada comenzó el 15 de agosto, tras Alicante y Dax, llegaban tres días muy esperados, a los que no podía faltar, cada uno por unos matices, pero había que estar en los tres. La primera tarde era en Málaga, donde, una vez más, Curro Díaz, dejó su impronta, primero creando carteles de toros, buenas series por ambos pitones, con profundidad, hondura y belleza. Después, con un toro más complicado, exigente, frente al que Curro Díaz, no sólo mostró sus buenas maneras, sino que, se impuso a este animal, ganándole la batalla. Lástima, que mucha gente, aún hoy, no valore el gran esfuerzo realizado aquel día.

Al día siguiente, después de un viaje por escalas, por fin estaba en Ciudad Real. Era la segunda tarde, y a pesar de todo, yo tenía esperanzas… Yo creo que todos los que presenciamos esa corrida de toros, sabíamos que íbamos a una corrida concurso de ganaderías, y que los toros que se anunciaban, en ocasiones, presentan ciertas dificultades. Bueno, todos no, creo que una parte del público ni se lo imaginaba… De todos modos, no creo que nadie se esperase lo sucedido. Con el público en contra, y los toros también, Curro Díaz, lo intentó todo, pero no encontró ni la colaboración de los astados, ni la comprensión del respetable, de éste sólo recibió ingratitud. (Cabe decir que no fue toda la plaza la que estuvo en contra, sino ese famoso tendido del 7 que carece de sensibilidad)

Fotografía: Raquel Montero


El día 17, terminaba mi periplo de tres días. En esa ocasión era en Baeza… ¿Qué contar de lo que sucedió en Baeza? Hay veces que no encuentras las palabras, para poder expresar lo que se ha sentido en una plaza, para poder narrar lo que se ha visto, para poder describir lo que allí ha sucedido. La tarde del 17 de agosto, en Baeza, es una de esas tardes. Así culminó, esos tres días, disfrutando del buen toreo: “Después del recibo a la verónica del primer toro, creo que más de uno, habíamos sidos invadidos por la felicidad, porque ver cuajar un toro con el capote a Curro Díaz es de un nivel superior. Un recibimiento con temple, cadencia y estética. El problema es que cuando ves eso, piensas que nada puede superarlo, hasta que en el quinto toro de la tarde, Curro Díaz se supera a sí mismo, y lo realizado en el anterior recibimiento. Los carteles de toros se sucedían, mientras que Curro Díaz deslizaba el capote, para dibujar unas verónicas y dos medias de una belleza nunca vista.Una gran estocada culminó la labor de Curro Díaz frente a su primer ejemplar, en la que hubo algunos pasajes de gran belleza, pero sin poder desplegar su tauromaquia al máximo, ya que el toro, tenía muy poca fuerza y cuando era sometido, perdía las manos.Hablar de la faena de muleta del segundo toro, es hablar del toreo eterno, mágico, personal, estético, profundo.... que es capaz de desplegar Curro Díaz. Me faltan adjetivos para poder describir lo que hemos visto hoy, ya desde el comienzo pudimos ver unos doblones sensacionales muy toreros, y con ese sello que sólo es capaz de imprimirles Curro Díaz. Así se fue sacando el toro a los medios, y los remató con una trincherilla mágica. Eso sólo fue el principio, después todo fue a más, a mucho más, los muletazos profundos llegaban a todos los que presenciábamos la creación de una obra de arte, sustentada por un toro, un torero y una muleta, que se conjugaban en tandas de naturales, con hondura y que llegaban al alma de los que lo presenciábamos. Tampoco se puede dejar pasar un magnífico pase de pecho, o los remates por abajo, en forma de trincherillas, o los muletazos con la mano derecha...indescriptible todo lo que hemos vivido esta tarde en Baeza. Y por último, otra grandiosa estocada.”

Mi parón por motivos de exámenes estaba cerca, y yo cada día era más consciente de que me perdería varias fechas, que estaban marcadas en el calendario como imprescindibles. Por eso, tuve dudas de ir a Sabiote, quería quedarme con un buen recuerdo en mi mente, como el de Baeza, antes de este pequeño descanso que me tocaba. ¿Y si la magia no surgía en Sabiote? ¿Y si los toros no embestían? ¿Y si….? Había tantos “¿Y si…?” Al final, fui, sólo pensar que pudiese contemplar la mitad de lo que había sucedido días atrás en Baeza, ya era suficiente motivo como para no perderme esa tarde. Y la magia volvió a surgir, otra vez en el quinto toro. Belleza, profundidad, estética, hondura… todo se fue conjugando, creando pasajes inimaginables, de esos que sueñas, y cuando despiertas te das cuenta, que no es real, sólo un sueño; esta vez la diferencia, es que era real, estábamos contemplando la creación de momentos maravillosos. Una de las mejores estocadas de la temporada, sino la mejor, fue el broche de oro a la tarde, y a tres semanas sin poder contemplar la magia del toreo de Curro Díaz.

(Tenía pensado terminar el resumen en esta entrada, pero, otra vez más, el texto es un poco largo, así que dividiré esta segunda parte en dos. Mañana subo el resto).

Comentarios

Raquel-Montero ha dicho que…
Es una pena que todavía tengamos que esperar un día a terminar de leer tu bonita prosa, pero me da que va a merecer la pena.
En cuanto al público de Ciudad Real, que coste que como bien dices no fuimos todos los que pitamos a Curro. Esperemos que no se llevara una imagen equivocada de lo que es mi plaza.