Curro Díaz abría esta tarde la feria de San Isidro y no ha podido hacerlo de mejor forma que inaugurando también el esportón de los apéndices. Para él ha sido la primera oreja de esta feria, tras su labor frente al cuarto toro de la tarde.
En el cuarto toro, las cosas comenzaron a rodar bien desde el inicio, y ya cuando Curro Díaz desplegó su capote pudo dejar muestras de su buen hacer en algunas verónicas con mucho gusto y gran definición. Con la muleta comenzó, sacándolo de las tablas, por abajo, muy en torero. Pero lo bueno, de verdad, llegó con la muleta en la mano derecha, hilvanando muletazos firmados con su sello personal. Fueron tres tandas, pero ¡vaya tres tandas! Las zapatillas, atornilladas en el albero venteño, con la figura vertical y relajada. Toreo desmayado, profundo, de verdad, con la muleta arrastrando por el albero.
Auténticos carteles de toros, los que ha mostrado esta tarde Curro Díaz, tanto en los muletazos con la mano derecha como en los remates de las series, y en la última serie, con la espada de verdad ya en la mano, en la que las trincherillas finales, han sido de auténtico lujo. Con la espada, Curro Díaz no lo pudo hacer mejor, un gran espadazo, con una ejecución perfecta, casi a cámara lenta, con una colación inmejorable. Con todo esto la oreja estaba en su mano.
Con la mano izquierda poco pudo hacer frente a este ejemplar, ya que siempre que lo intentó tanto con la muleta como con el capote, el toro buscaba el cuerpo del torero.
Frente a su primer toro, Curro Díaz, también dejo buenos pasajes con la mano derecha, con algunos muletazos de mucha calidad, pero la faena no terminó de romper, quizás por la falta de transmisión del toro.
Comentarios
Las trincherillas y remates finales con mucho sabor y el estoconazo de libro.
Sí torease y se lo creyese más, su toreo alcanzaría otra dimensión.
Felicidades por la oreja y ojalá viniese este año a Albacete.