A la una de la tarde se confirmaba la noticia, Curro Díaz sería el encargado de estoquear en solitario los cuatro toros que debían lidiarse esta tarde en Sabiote (Jaén). Para la ocasion estaban reseñados dos toros de la ganadería de Román Sorando y dos más de El Cotillo, muy bien presentada y con diferentes matices en cuanto al juego.
La tarde pasó de lo que podríamos ver como un compromiso más, a un reto al que hacer frente. Sin esperarlo, fueron cuatro los toros que había que estoquear. La tarde no empezó fácil, con parte del público a la contra, pero Curro Díaz no se amilanó frente a un primer ejemplar de la ganadería de Román Sorando, que reponía tras casa muletazo, y que le obligó a tirar de firmeza y entrega, logrando muletazos muy rotundos con la mano derecha y unos naturales con muchísimo gusto. El fallo con la espada, le privó de cortar, al menos, un trofeo, y saludó una ovación.
Al segundo de la tarde, también de la ganadería de Román Sorando, lo recibió con cadencia a la verónica. Con la muleta abrió la faena con muletazos por abajo, con muchísimo empaque y personalidad. Su labor fue creciendo poco a poco y se sucedieron las buenas tandas, bajando la mano, y logrando la conjunción perfecta con la mano derecha. Después llegó el profundo toreo al natural, y los molinetes finales, con la firma de Curro Díaz, que terminaron de entregar al público, que tras la buena estocada, pidieron con fuerza los dos apéndices.
Los toros jugados en cuarto y quinto lugar, llevaban el hierro de la ganadería de El Cotillo. Al cuarto, Curro Díaz, lo recibió de forma vibrante con el capote, ganándole terreno hasta llegar a los medios, donde remató con media de rodillas. En este llegó, posiblemente lo mejor de la tarde de Curro Díaz, ya que le permitió torear con la clase de acostumbra, volver a sacar lo mejor de su repertorio y dejar una profunda y compacta faena, sobre todo con la mano derecha, toreando en redondo y como siempre, salpicada por la estética y el buen gusto. Tras una estocada, recibió las dos orejas.
El quinto ejemplar fue el menos agradecido de la tarde, más complicado y con menor transmisión que los anteriores. Pese a ello, permitió a Curro Díaz, mostrar otra versión de toreo valeroso y sin desaprovechar ninguna de las embestidas. Faena muy seria, y en la que Curro Díaz, tocó las teclas que debía tocar, pero que emborronó con la espada.
Al final, terminaba la tarde, con Curro Díaz saliendo a hombros de la plaza de Sabiote, tras sobreponerse a las dificultades de la tarde y después de haber dejado muestras de su esencia sobre el albero.
La tarde pasó de lo que podríamos ver como un compromiso más, a un reto al que hacer frente. Sin esperarlo, fueron cuatro los toros que había que estoquear. La tarde no empezó fácil, con parte del público a la contra, pero Curro Díaz no se amilanó frente a un primer ejemplar de la ganadería de Román Sorando, que reponía tras casa muletazo, y que le obligó a tirar de firmeza y entrega, logrando muletazos muy rotundos con la mano derecha y unos naturales con muchísimo gusto. El fallo con la espada, le privó de cortar, al menos, un trofeo, y saludó una ovación.
Al segundo de la tarde, también de la ganadería de Román Sorando, lo recibió con cadencia a la verónica. Con la muleta abrió la faena con muletazos por abajo, con muchísimo empaque y personalidad. Su labor fue creciendo poco a poco y se sucedieron las buenas tandas, bajando la mano, y logrando la conjunción perfecta con la mano derecha. Después llegó el profundo toreo al natural, y los molinetes finales, con la firma de Curro Díaz, que terminaron de entregar al público, que tras la buena estocada, pidieron con fuerza los dos apéndices.
Los toros jugados en cuarto y quinto lugar, llevaban el hierro de la ganadería de El Cotillo. Al cuarto, Curro Díaz, lo recibió de forma vibrante con el capote, ganándole terreno hasta llegar a los medios, donde remató con media de rodillas. En este llegó, posiblemente lo mejor de la tarde de Curro Díaz, ya que le permitió torear con la clase de acostumbra, volver a sacar lo mejor de su repertorio y dejar una profunda y compacta faena, sobre todo con la mano derecha, toreando en redondo y como siempre, salpicada por la estética y el buen gusto. Tras una estocada, recibió las dos orejas.
El quinto ejemplar fue el menos agradecido de la tarde, más complicado y con menor transmisión que los anteriores. Pese a ello, permitió a Curro Díaz, mostrar otra versión de toreo valeroso y sin desaprovechar ninguna de las embestidas. Faena muy seria, y en la que Curro Díaz, tocó las teclas que debía tocar, pero que emborronó con la espada.
Al final, terminaba la tarde, con Curro Díaz saliendo a hombros de la plaza de Sabiote, tras sobreponerse a las dificultades de la tarde y después de haber dejado muestras de su esencia sobre el albero.
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