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Los sueños se hacen realidad

¿Y cómo os cuento yo lo que hemos vivido esta tarde? Las palabras no son suficientes para describir lo que hemos sentido hoy en la plaza de Las Ventas, tampoco las imágenes.

Si os digo que Curro Díaz ha bordado el toreo, no os engaño, pero yo me quedo con algo más: la emoción desbordante al paladear esos instantes de magia y misterio, que Curro Díaz dibujó sobre la albero.

El primero de su lote, un sobrero de Torrealba, no fue un dechado de virtudes, pero sí permitió que Curro Díaz hiciese lo que mejor sabe hacer: Torear. Sí, Torear, con mayúsculas. Ese inicio por abajo, cargado de torería, clase, gusto, sabor... era sólo el preludio de lo que vendría después. Con la figura encajada, los talones clavados en la arena, llegaron las tandas con la diestra, rítmicas, en redondo, con cadencia y el sello personal de Curro Díaz. Aquí se presagiaba algo grande, y Curro Díaz, se echó la muleta a la izquierda, donde el animal acompañaba menos, pero dejando algunos naturales magistrales. Media estocada y dos golpes de verduguillo, dejaron el premio en una oreja. Y he de decir, que todavía estoy viviendo la media verónica al titular de Gavira, que fue devuelto.

Debo decir, para ser sincera, que mis esperanzas de ver la puerta grande abierta, se fueron diluyendo al ver por el ruedo al cuarto de la tarde. Si os digo que confiaba en que pasase lo que después pasó, os mentiría. Pero ahí es donde reside la magia. Curro Díaz no iba a dejar escapar esta oportunidad, y apostó todo lo que tenía. Tiró de valor cuando el animal le lanzaba "unas miraditas" cada vez que pasaba por sus mulos. Tiró de entrega para ir haciendo poco a poco al toro, logrando una faena de menos, no a más, sino a lo mejor. Tiró de firmeza para sentar las zapatillas, e ir ligando los naturales, que brotaban de sus manos, como el agua de un manantial, indescriptible la emoción al vivirlos. La estocada final, simplemente, soberbia. Otra oreja fue el premio, y con ella la Puerta Grande.

Tuvo que lidiar también la sexto de la tarde, debido a la cogida de David Galván. Pero pocas opciones tenía ante este ejemplar, parado y que no quiso colaborar. Lo más destacable, otra gran estocada.

Y hasta aquí, lo que ha pasado en la plaza. Ayer mismo, fui a la plaza a sacar mi entrada, y no pude evitar, hacer una foto de esa plaza, con la misma ilusión que sentí la primera vez que la pisé. Esa foto la subí a mi Instagram, y puse en ella "Donde los sueños se hacen realidad". Y aunque alguien pueda pensar "¡qué cursilada!", es verdad que es donde los sueños se hacen realidad, pero hoy puedo decir, que no me refiero sólo a los sueños de los toreros. Siempre tuve la ilusión de ver, en directo, a Curro Díaz saliendo por esa maravillosa Puerta Grande, pero ni en mis mejores sueños, me podía imaginar lo que yo he vivido esta tarde. Hoy, mis sueños, se han hecho realidad.


PD. La foto, hecha con el móvil, no es muy buena...





Comentarios

Félix Triguero ha dicho que…
Es un torerazo de los pies a la cabeza y se merece puestos en las principales ferias, me alegro un montón por él, y si hubiera podido ir estaría allí apoyándolo.Tiene ese pellizco que te alimenta el alma. A mi particularmente, es que disfruto solo con verle andar, con la toreria, elegancia y duende que desprende. Ojala le sirva para que los empresarios vean el valor que el atesora. Suerte maestro!!
Enrique Vega ha dicho que…
Curro Díaz es un maestro de la tauromaquia, pese a que haya todavía alguno que no quiera reconocerlo. Abrir dos veces la Puerta Grande de Madrid está al alcance de unos pocos elegidos. Es una enorme satisfacción personal para el torero y para todos los que tenemos el privilegio de disfrutar con sus actuaciones en el ruedo. Enhorabuena a Curro por regalarnos esa tarde mágica y a todos los aficionados que pudieron vivirlo en la plaza. Estoy seguro de que habrá muchas más.