Ha pasado ya un tiempo desde el pasado 17 de agosto en Baeza, fue una tarde mágica para los que tuvimos la gran suerte de estar allí. José Cisneros en su página Alamares, hace tiempo, publicaba este artículo en el que relata lo sucedido aquella tarde.
LAS TARANTAS SE SINTIERON EN BAEZA
"He querido dejar para el final lo que considero ha sido lo mejor de la feria de este año a pesar de la apoteosis de “El Fandi” y la calidad de “Finito de Córdoba”, me quedo con el toreo hecho “taranta” de Curro Díaz.
Curro Díaz es distinto, Curro Díaz es la tauromaquia en estado puro. No voy a negar que por este torero siento gran admiración, no puede ser para menos cuando sin poderlo remediar hace emocionarme con el toreo que realiza, toreo de sensaciones inexplicables. Madrid nombró a un linarense como su torero, Curro Vázquez, y ahora otro Curro también de Linares ha conseguido ese galardón. Curro Díaz quien durante tantos años mantuvo con su torería a raya a los ultrajadores de la tauromaquia mentirosa, defendiendo con verónicas y naturales el toreo de verdad. Porque Curro Díaz, no voy a caer en la trampa de decir que es un “torero artista”, porque ese parece término peyorativo que se utiliza para definir a aquellos toreros que carecen de valor, pero que saben hacer cosas pintureras y que ni de broma se anuncian con hierros “duros”. No, oigan no; Curro Díaz mata en Madrid lo que le echen, y se cruza al pitón contrario y se pone en el sitio donde los toros cogen. Pero además es que su toreo es caro y el de adorno lo borda; es el mejor intérprete en la actualidad sin ninguna duda, y Madrid se cruje con sus trincherillas y sus trincherazos, con sus pases del desdén y con esa torería que nos embruja. Dicen en Madrid que estaban huérfanos desde que se fue Curro Vázquez y que si es en Linares donde se paren los toreros de Madrid, es que eso es Madrid. ¡Viva Linares!
¡Qué despacio toreó Curro en Baeza!, que largo y que lento, toreo de emoción, de entrega hasta el punto de sufrir una cogida con fea caída sobre el cuello que por suerte se quedó en un susto, cómo se entregó ante la verdad del toreo cruzado, del toreo eterno, demostró que se puede ligar estando cruzado. “Apocado”, quinto de la tarde, fue el oponente de Curro, un colorado algo bastote de estampa, pero que tenía un fondo de casta tan importante que le hizo venirse arriba y embestir noblemente en la muleta de Curro Díaz que solo hace lo que sabe hacer, torear de verdad, y es torero de Madrid porque gracias a Dios todavía se exige y a su vez se premia eso, "LA VERDAD DEL TOREO ", pero este torero de Linares demuestra su verdad además de en Madrid en Sevilla, en Barcelona, en Valencia, en Málaga y donde torea, en Baeza hemos podido comprobarlo, hasta en el campo rebosa arte por los cuatro costados, conjugando el arte con el valor. Tras el recibo a la verónica de su primer toro, más de uno nos vimos sumidos en un éxtasis de felicidad, porque ver cuajar un toro con el capote hoy en día supone un nivel difícil de conseguir. Curro lo recibió como si de música se tratase, música es el arte de bien conjugar el espacio y el tiempo, eso es lo que hizo Curro. Nos comenta Marisa, una buena aficionada que el problema es que cuando ves eso, piensas que nada puede superarse, hasta que en el quinto toro de la tarde, Curro Díaz se supera a sí mismo. Los carteles de toros se sucedían, mientras que Curro Díaz deslizaba el capote, para dibujar unas verónicas y dos medias de una belleza nunca vista.
Una gran estocada culminó la labor de Curro Díaz frente a su primer ejemplar, en la que hubo algunos pasajes de gran belleza, pero sin poder desplegar su tauromaquia al máximo, ya que el toro, tenía muy poca fuerza y cuando era sometido, perdía las manos.
Hablar de la faena de muleta del segundo toro, es hablar del toreo eterno, mágico, personal, estético, profundo.... que es capaz de desplegar Curro Díaz. Me faltan adjetivos para poder describir lo que hemos visto hoy, ya desde el comienzo pudimos ver unos doblones sensacionales muy toreros, y con ese sello que sólo es capaz de imprimirles Curro Díaz. Así se fue sacando el toro a los medios, y lo remató con una trincherilla mágica. Eso sólo fue el principio, después todo fue a más, a mucho más, los muletazos profundos llegaban a todos los que presenciábamos la creación de una obra de arte, sustentada por un toro, un torero y una muleta, que se conjugaban en tandas de naturales, con hondura y que llegaban al alma de los que lo presenciábamos. Tampoco se puede dejar pasar un magnífico pase de pecho, o los remates por abajo, en forma de trincherillas, o los muletazos con la mano derecha...indescriptible todo lo que hemos vivido esta tarde en Baeza. Y por último, otra grandiosa estocada.
Partiendo de que todos los toreros son o debieran sentirse artistas, y que sin toro no hay toreo, en tanto en cuanto creo que arte es toda creación humana capaz de emocionar por su belleza, en el sentido platónico de la belleza, lo que todos consideramos como toreros artistas, es como expresión máxima de ellos Curro Díaz, torero con duende, duende que aparece cuando y como quiere y que provoca creaciones de inigualable valor. Tres orejas fue el balance de su actuación y toreó en la sombra, otros lo hacen en sol, tal vez sea cuestión de gustos climatológicos.
Curro Díaz es en mi opinión, legítimo ganador de los Trofeos que se otorguen acabada la Feria Taurina, por sus dos grandes faenas así como las dos estocadas ejecutadas a ley y marcando los tiempos. Veremos si se tiene en cuenta el toreo de verdad o el indulto a un toro que como he dicho, fue bravo pero indultado de manera excepcional, no con las condiciones previas que marca el vigente reglamento y no ser lucido por el torero en las distancias.
En resumen, tarde apoteósica en Baeza con los tres toreros por la Puerta Grande y todo el público en pie bajo una atronadora ovación. Broche de oro para concluir esta Feria Taurina baezana."
LAS TARANTAS SE SINTIERON EN BAEZA
"He querido dejar para el final lo que considero ha sido lo mejor de la feria de este año a pesar de la apoteosis de “El Fandi” y la calidad de “Finito de Córdoba”, me quedo con el toreo hecho “taranta” de Curro Díaz.
Curro Díaz es distinto, Curro Díaz es la tauromaquia en estado puro. No voy a negar que por este torero siento gran admiración, no puede ser para menos cuando sin poderlo remediar hace emocionarme con el toreo que realiza, toreo de sensaciones inexplicables. Madrid nombró a un linarense como su torero, Curro Vázquez, y ahora otro Curro también de Linares ha conseguido ese galardón. Curro Díaz quien durante tantos años mantuvo con su torería a raya a los ultrajadores de la tauromaquia mentirosa, defendiendo con verónicas y naturales el toreo de verdad. Porque Curro Díaz, no voy a caer en la trampa de decir que es un “torero artista”, porque ese parece término peyorativo que se utiliza para definir a aquellos toreros que carecen de valor, pero que saben hacer cosas pintureras y que ni de broma se anuncian con hierros “duros”. No, oigan no; Curro Díaz mata en Madrid lo que le echen, y se cruza al pitón contrario y se pone en el sitio donde los toros cogen. Pero además es que su toreo es caro y el de adorno lo borda; es el mejor intérprete en la actualidad sin ninguna duda, y Madrid se cruje con sus trincherillas y sus trincherazos, con sus pases del desdén y con esa torería que nos embruja. Dicen en Madrid que estaban huérfanos desde que se fue Curro Vázquez y que si es en Linares donde se paren los toreros de Madrid, es que eso es Madrid. ¡Viva Linares!
¡Qué despacio toreó Curro en Baeza!, que largo y que lento, toreo de emoción, de entrega hasta el punto de sufrir una cogida con fea caída sobre el cuello que por suerte se quedó en un susto, cómo se entregó ante la verdad del toreo cruzado, del toreo eterno, demostró que se puede ligar estando cruzado. “Apocado”, quinto de la tarde, fue el oponente de Curro, un colorado algo bastote de estampa, pero que tenía un fondo de casta tan importante que le hizo venirse arriba y embestir noblemente en la muleta de Curro Díaz que solo hace lo que sabe hacer, torear de verdad, y es torero de Madrid porque gracias a Dios todavía se exige y a su vez se premia eso, "LA VERDAD DEL TOREO ", pero este torero de Linares demuestra su verdad además de en Madrid en Sevilla, en Barcelona, en Valencia, en Málaga y donde torea, en Baeza hemos podido comprobarlo, hasta en el campo rebosa arte por los cuatro costados, conjugando el arte con el valor. Tras el recibo a la verónica de su primer toro, más de uno nos vimos sumidos en un éxtasis de felicidad, porque ver cuajar un toro con el capote hoy en día supone un nivel difícil de conseguir. Curro lo recibió como si de música se tratase, música es el arte de bien conjugar el espacio y el tiempo, eso es lo que hizo Curro. Nos comenta Marisa, una buena aficionada que el problema es que cuando ves eso, piensas que nada puede superarse, hasta que en el quinto toro de la tarde, Curro Díaz se supera a sí mismo. Los carteles de toros se sucedían, mientras que Curro Díaz deslizaba el capote, para dibujar unas verónicas y dos medias de una belleza nunca vista.
Una gran estocada culminó la labor de Curro Díaz frente a su primer ejemplar, en la que hubo algunos pasajes de gran belleza, pero sin poder desplegar su tauromaquia al máximo, ya que el toro, tenía muy poca fuerza y cuando era sometido, perdía las manos.
Hablar de la faena de muleta del segundo toro, es hablar del toreo eterno, mágico, personal, estético, profundo.... que es capaz de desplegar Curro Díaz. Me faltan adjetivos para poder describir lo que hemos visto hoy, ya desde el comienzo pudimos ver unos doblones sensacionales muy toreros, y con ese sello que sólo es capaz de imprimirles Curro Díaz. Así se fue sacando el toro a los medios, y lo remató con una trincherilla mágica. Eso sólo fue el principio, después todo fue a más, a mucho más, los muletazos profundos llegaban a todos los que presenciábamos la creación de una obra de arte, sustentada por un toro, un torero y una muleta, que se conjugaban en tandas de naturales, con hondura y que llegaban al alma de los que lo presenciábamos. Tampoco se puede dejar pasar un magnífico pase de pecho, o los remates por abajo, en forma de trincherillas, o los muletazos con la mano derecha...indescriptible todo lo que hemos vivido esta tarde en Baeza. Y por último, otra grandiosa estocada.
Partiendo de que todos los toreros son o debieran sentirse artistas, y que sin toro no hay toreo, en tanto en cuanto creo que arte es toda creación humana capaz de emocionar por su belleza, en el sentido platónico de la belleza, lo que todos consideramos como toreros artistas, es como expresión máxima de ellos Curro Díaz, torero con duende, duende que aparece cuando y como quiere y que provoca creaciones de inigualable valor. Tres orejas fue el balance de su actuación y toreó en la sombra, otros lo hacen en sol, tal vez sea cuestión de gustos climatológicos.
Curro Díaz es en mi opinión, legítimo ganador de los Trofeos que se otorguen acabada la Feria Taurina, por sus dos grandes faenas así como las dos estocadas ejecutadas a ley y marcando los tiempos. Veremos si se tiene en cuenta el toreo de verdad o el indulto a un toro que como he dicho, fue bravo pero indultado de manera excepcional, no con las condiciones previas que marca el vigente reglamento y no ser lucido por el torero en las distancias.
En resumen, tarde apoteósica en Baeza con los tres toreros por la Puerta Grande y todo el público en pie bajo una atronadora ovación. Broche de oro para concluir esta Feria Taurina baezana."
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