Curro Díaz no ha cortado trofeos esta tarde en la corrida de toros celebrada en Azpeitia (Guipúzcoa), pero en la que brilló con luz propia, firmando la que puede haber sido una de las mejores faenas de su temporada.
Fue ante el segundo toro de la tarde, el primero de lote, de la ganadería de Pedraza de Yeltes. Tras un recibo suave con el capote y una lidia muy pausada en los primeros tercios, Curro Díaz brindó al público, y supo sacar todo el partido posible a un gran toro de Pedraza de Yeltes. Comenzó por abajo, sacándoselo a los medios con la torería y la clase que Curro Díaz acostumbra, rematando la tanda con un sensacional pase de pecho, de esos que hacen historia. Siguió toreando con la mano derecha, tandas muy verticales y otras con el compás abierto, toreo relajado, templado,ligando los muletazos y derrochando la estética, la clase y la plasticidad.
Por el izquierdo, bajó de intensidad, el toro fue a menos, y Curro Díaz volvió a la mano derecha, para volver a torear con muchísimo temple y lentitud. Toreo puro que no recibió el premio merecido por culpa de la espada, un pinchazo y una estocada en mal sitio, dieron la traste con las dos orejas que Curro Díaz podría haberse llevado en su esportón, y dio una vuelta al ruedo.
El segundo toro de su lote, no fue como el primero, se quedaba corto en los viajes,con menos clase y menos entrega. Probó Curro con la derecha, dejando algún pasaje aislado, y con la izquierda sacó muletazos de mucha suavidad, exigiendo y exponiendo, pero sin transmisión. Curro Díaz se colocó entre los pitones, y en las cercanías extrajo todo lo que le quedaba al animal, con un derroche de valor. Y otra vez la espada, esa espada que otras veces ha viajado tan certera, dejó el premio reducido a una ovación.
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Fue ante el segundo toro de la tarde, el primero de lote, de la ganadería de Pedraza de Yeltes. Tras un recibo suave con el capote y una lidia muy pausada en los primeros tercios, Curro Díaz brindó al público, y supo sacar todo el partido posible a un gran toro de Pedraza de Yeltes. Comenzó por abajo, sacándoselo a los medios con la torería y la clase que Curro Díaz acostumbra, rematando la tanda con un sensacional pase de pecho, de esos que hacen historia. Siguió toreando con la mano derecha, tandas muy verticales y otras con el compás abierto, toreo relajado, templado,ligando los muletazos y derrochando la estética, la clase y la plasticidad.
Por el izquierdo, bajó de intensidad, el toro fue a menos, y Curro Díaz volvió a la mano derecha, para volver a torear con muchísimo temple y lentitud. Toreo puro que no recibió el premio merecido por culpa de la espada, un pinchazo y una estocada en mal sitio, dieron la traste con las dos orejas que Curro Díaz podría haberse llevado en su esportón, y dio una vuelta al ruedo.
El segundo toro de su lote, no fue como el primero, se quedaba corto en los viajes,con menos clase y menos entrega. Probó Curro con la derecha, dejando algún pasaje aislado, y con la izquierda sacó muletazos de mucha suavidad, exigiendo y exponiendo, pero sin transmisión. Curro Díaz se colocó entre los pitones, y en las cercanías extrajo todo lo que le quedaba al animal, con un derroche de valor. Y otra vez la espada, esa espada que otras veces ha viajado tan certera, dejó el premio reducido a una ovación.
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