La tarde de Bilbao

Esta tarde debutaba Curro Díaz en la plaza de toros de Bilbao, frente a una corrida de la ganadería de Victorino Martín. El primer toro, pronto se fue a menos, Curro Díaz lo intentó con mucho temple, destacando, sobre todo, los muletazos, de uno en uno, con la mano izquierda, pero la faena no terminó de coger vuelo debido a la sosería del toro. Saludó una ovación tras media estocada.

El segundo de su lote fue otro animal que no albergó muchas opciones, deslucido y que reponía a la salida de cada muletazo. Curro Díaz se lo sacó de las tablas con la torería que acostumbra, y con la izquierda porfió, para extraerle todo lo que pudo. Falló con la espada y su labor fue silenciada.

Lo mejor de la tarde llegó frente al quinto de la tarde. Este no fue un ejemplar brillante, pero si mejor que sus hermanos y transmitió algo más a los tendidos. El inicio con la muleta fue prometedor con la mano derecha, por abajo y con mucha firmeza. Compuso Curro Díaz, asentó las zapatillas, y ligó los muletazos con la derecha, con la figura vertical y asentada. El toro fue a menos, y Curro Díaz se echó la muleta a la mano izquierda, con algunos naturales destacables. La estocada fue de premio, en todo lo alto. Y ahora llega lo incomprensible, no suelo opinar sobre los públicos de las diferentes plazas, pero esta vez, no lo entiendo. Nada más que la estocada merecía una oreja, con lo cual era más que previsible el premio, pero el balance final fue división de opiniones.


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